Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Literatura poética
LA POESÍA EN EL SIGLO XVIII
El Neoclasicismo - 3ª parte
Escuelas poéticas neoclásicas del siglo XVIII (continuación)
Grupo sevillano
n este grupo de poetas andaluces asumió más tarde el nuevo movimiento, manteniendo la tradición de las formas gongorinas más tiempo que en otras zonas.
Eso se manifestó en una lengua poética de mayor complicación; es propio de esta escuela la reivindicación como modelo del poeta renacentista Fernando de Herrera.
El grupo sevillano incluye a personajes como Alberto Lista, José Marchena Ruíz de Cueto, José María Blanco White, Manuel María de Arjona y Félix José Reinoso.
La métrica
Las formas métricas utilizadas en el Neoclasicismo fueron, en general, bastante sobrias, tanto en el tipo de estrofas como de versos. Sólo en determinados casos se ensayó alguna nueva modalidad, como fue el que exploró Tomás de Iriarte.
El verso culto sigue utilizándose con el endecasílabo, en estrofas de construcción sencilla, tales como silvas, cuartetos, romances heroicos... Algunas formas nuevas comienzan también a generalizarse, como la estrofa aguda, así como otras que proceden de la poesía francesa e italiana.
El Neoclasicismo también utilizó el romance de forma importante, ampliando los temas que ya se trataban con esta forma tradicional, de tal modo que era susceptible de usarlo con cualquier motivo poético.
Tres representantes del grupo neoclásico. De izq. a
derecha:
Alberto Lista, Manuel María de Arjona y José María
Blanco White
La fábula
La fábula fue un género poético bastante cultivado por los poetas neoclásicos. A las ideas reformistas neoclásicas le venía muy bien el carácter moralizante de este género, que era adecuado para expresar la sátira y la crítica. El modelo francés fue Jean de La aine (1621-1695); y, tratándose de un género didáctico por tradición, los animales eran los protagonistas, a través de ellos se hacía la ejemplificación, la situación a satirizar. Finalmente, era inexcusable expresar la moraleja. Los fabulistas más destacados del siglo XVIII fueron Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.